La sensibilidad de Antonio Machado y su repercusión en la posterioridad

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Antonio Machado se enamoró profunda e incondicionalmente de Leonor, su musa, su compañera de viaje y el motivo por el que conoció la verdadera felicidad

Se enamoró Antonio Machado perdidamente de una joven Leonor, de la que no dudo de que sería para siempre el amor de su vida. Una relación apasionada que nació en Soria, donde trabajaba el escritor como profesor de instituto. La conoció en la pensión en la que se hospedaba, ya que Leonor era hija de los dueños y, a pesar de la diferencia de edad, él era mayor 15 años, no hubo obstáculos que la impidiera. Después del correspondiente permiso de los padres de Leonor y dos años de noviazgo, contrajeron matrimonio en 1909

Leonor se convirtió en su musa, en su compañera de viaje, en su mayor incondicionalidad que lo hizo muy feliz, hasta el punto que pudo ser la primera vez que sintiera lo que era realmente la felicidad, teniendo conciencia de ella y, aunque fue en un periodo de tiempo corto tras su matrimonio, ya que esta murió tres años después de casarse debido a la enfermedad de la tuberculosis. Y sí, fue el motivo de su felicidad, tal y como le contaría a su amigo, don Pedro Chico:

Si la felicidad es algo posible y real, lo que a veces pienso, yo la identificaría mentalmente con los años que pasé en Soria y con el amor a mi mujer, cuyo recuerdo constituye el fondo más sólido de mi espíritu.

Durante su enfermedad y tras su muerte, le dedicó una serie de poemas en el que se muestra a un Machado que retrocede a su línea más intimista marcada por el dolor punzante que le provocó la perdida de su querida Leonor.

La muerte de Leonor la recuerda en el siguiente poema:

Una noche de verano
?estaba abierto el bacón
y la puerta de mi casa?
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
?ni siquiera me miró?,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!

En este poema, Machado describe cómo la muerte hizo acto de presencia para llevarse a su niña, que muy tranquila se quedó. Se lamenta por el hecho de que la muerte no se lo haya llevado a él y le recrimina que haya roto para siempre ese hilo que los unía.

Pero si hay un poema en el que recuerdo de Leonor camina de la mano del poeta por las tierras de Soria, ese es el titulado ?Allá, en las tierras altas? donde parece que Leonor se ha levantado de su tumba y ha ido con el poeta a recorrer de la mano los lugares en el que tanto amor se dieron. Tal invocación aparece en el vocativo ?Leonor? incluido en la pregunta retórica, como esa llamada de atención al recuerdo para intentar paliar su soledad que acentúa en la última estrofa:

Por estos campos de la tierra mía,

bordados de olivarespolvorientos,

voy caminando solo,

triste, cansado, pensativo y viejo.

Por su estilo sencillo, cercano y lleno de una humildad y sensibilidad palpable, Antonio Machado ejercería una influencia en la literatura posterior. Empecemos por Pablo Neruda muestra el mismo enfoque poético que Machado, es decir, la expresión sencilla de sus sentimientos y la conexión tan espontánez con la naturaleza. En Luis Cernuda también dejó huella, principalmente en las reflexiones a las que llegaba sobre la existencia, así como el empleo de un lenguaje claro. En Gabriel Celaya se aprecia la huella machadiana en ese compromiso que asume con la realidad y en la expresión cercana y directa.

Finalmente, cabe destacar que la huella de Machado también llega a la actualidad, principalmente en la educación, si tenemos en cuenta que sus poemas siguen siendo estudiados originando de esta manera una serie de valores como la introspección y su compromiso rotundo con la historia y la cultura.  Conocer la historia de amor de Machado implica que el amor, si es verdadero, no puede ser destruido por nada y con la sinceridad y  con el sentimiento tan sentido del poeta, podemos llegar a la conclusión de que su estudio es necesario para que aprendamos a vivir con intensidad en el momento en el que hallemos la felicidad.