La práctica deportiva para enfermedades cardiovasculares

Padecer una patología cardíaca y hacer deporte no tiene que ser incompatible, siempre que haya un seguimiento clínico y se realice atendiendo a todas las indicaciones de un especialista

El ejercicio físico que se realiza de forma regulada previene enfermedades y accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, además disminuye las probabilidades de que aparezcan factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes o la obesidad. Por tanto, es importante o no el ejercicio físico?Esta compensación preventiva es también prolongable a aquellas personas que ya han sufrido un episodio de este tipo y en ello coinciden todos los expertos cardiovasculares.

 Actualmente, entre las modas deportivas se encuentra el running, un deporte muy saludable en el que se realiza un esfuerzo físico muy considerable y para el que es recomendable que el corazón se encuentre sano y fuerte, puesto que tiene que trabajar el doble, incluso hasta el triple.

 Es por ello que los corredores o aquellos practicantes de este deporte de forma amateur deben realizarse exámenes de su sistema cardiovascular con un cardiólogo para que puedan comprobar que todo está bien y de esta forma realizar esta actividad sin riesgos ninguno.

Sin embargo, son muchas las personas que deciden por su cuenta empezar a correr, sin haberse hecho un examen clínico, independientemente de la edad. Es recomendable e incluso obligatorio para poder practicar deporte de manera segura y saludable.

¿Qué ejercicio es el idóneo para fortalecer el corazón?

Es importante que el tipo de ejercicio sea aeróbico (correr, caminar, montar en bicicleta, bailar, etc....), ya que para estas actividades la respiración es muy importante, además tienen un componente significativo para el trabajo cardiovascular: la resistencia.

Por su parte, los ejercicios anaeróbicos o de fuerza, como pesas o abdominales, son recomendables, siempre en su justa medida y en función a la resistencia física de cada persona,  pero no aportan tantos beneficios para el sistema circulatorio, por lo que es bastante recomendable combinarlos con los ejercicios aeróbicos para obtener mayores resultados.

Por otro lado, la frecuencia y la intensidad con la que se desempeña una actividad física también es fundamental. Por ejemplo, los niños y adolescentes entre 5 y 17 años deberían hacer al menos 60 minutos de ejercicio aeróbico al día, con una intensidad media-alta. En el caso de los adultos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar unos 150 minutos a la semana de actividad deportiva aeróbica.

 Beneficios para el sistema cardiovascular

 Estos son algunos de los efectos positivos que nos aporta la realización del deporte:

- Disminuye la frecuencia cardíaca estando en estado de reposo.

-Aumenta la cantidad de sangre que el corazón expulsa en cada latido que produce, esto significa que tu corazón necesita menos energía para funcionar con normalidad.

-Estimula la circulación sanguínea dentro del propio órgano cardíaco, además de aumentarla en el resto de los músculos del cuerpo.

-Evita la formación de coágulos dentro de las arterias y, como consecuencia, que se puedan producir infartos o ictus.

- Contribuye a reducir la tensión arterial. A las personas que sufren de hipertensión se les recomienda seguir una dieta hiposódica rica en frutas y verduras, además de la práctica de actividad física, con el objetivo de controlar este problema e incluso conseguir reducir la dosis de medicación al paciente.

- Ayuda a controlar el colesterol. Hay que tener en cuenta que los pacientes que lo sufren tienen un riesgo 13 veces superior a padecer una enfermedad coronaria que la población general, por lo que controlarlo es de suma importancia.

-Disminuye el riesgo de sobrepeso-obesidad. Aquellas personas que tienen sobrepeso u obesidad tienen también mayor riesgo de sufrir una patología cardiaca.

-Ayuda a mantener en límites saludables los niveles de glucosa. La diabetes es una enfermedad que muchas veces puede ser silenciosa, es decir, que puede avanzar sin dar síntomas de ella y al diagnosticarse ya es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiacas. Practicar actividad física ayuda bastante a evitar que las cifras de glucosa se sitúen por encima de los límites saludables.

En definitiva, se llega a la conclusión de que es primordial que incluyamos el deporte en nuestra vida para tener una buena salud. Ahora bien, lo primero que hay que tener en cuenta es que las personas que padezcan alguna patología cardíaca tienen que llevar un seguimiento médico y practicar deporte, según le indique un especialista. Y las personas, que no tengan ninguna patología aparente y que decidan practicar deportes de alto impacto, tienen que hacerlo desde la prevención, y eso se consigue yendo a un especilaista  que le garantice si puede o no hacer deporte sin sufrir el riesgo de sufrir, por ejemplo, un infarto.