El milagro de las letras: cómo las palabras siguen cambiando el mundo
Las palabras curan o hieren, abren o cierran heridas, nos aportan luz en los momentos de oscuridad y consiguen que este mundo tenga sentido aunque a veces no entendamos qué es lo que hacemos aquí
18.05.2025 - Arturo Ramírez
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Por primera vez en la historia, millones de personas de la tierra se toman un segundo para leer. Y acaba sucediendo algo milagroso. Pequeñas historias de letras y palabras que tienen como fin conmover a las personas o llegara a ser alguien. Una niña de un pequeño pueblo en Perú escribe un poema que hace llorar a la gente allí. Un niño en Nigeria halla en la biblioteca una novela que le motiva a ser profesor. Un hombre preso aprende a leer a a los 40 años y le envía una tarjeta a su madre que la hace llorar.
Lo único que tienen en común todas estas historias son las letras, las palabras y la lectura.
La revolución silenciosa que lleva milenios
Hace más de 5.000 años, en la antigua tierra de Sumeria, algún individuo hizo símbolos en una tablilla de arcilla que no era ni arte ni dibujo, era algo más increíble: era lenguaje escrito. Con la creación de esta forma de escritura, la humanidad tenía la capacidad de registrar leyes, contarnos historias y transmitirnos sabiduría, el poder de inmortalizar en ella lo que anteriormente moriría con las memorias.
De ahí los jeroglíficos egipcios, el alfabeto fenicio o los caracteres chinos, por mencionar algunos, es importante señalar que cada cultura creó su método especial para almacenar el conocimiento humano. Con el tiempo, lo que inició como una herramienta para reyes y sacerdotes se convirtió en un puente para cualquier persona.
Cuando las palabras curan, inspiran y construyen
Son muchas las citas de autores que pretenden motivarnos, revolucionarnos, reconciliarnos y servir de cobijo en los momentos críticos. He aquí algunas de ellas:
Yo tengo un sueño, dijo Martin Luther King Jr. y millones despertaron.
No llores porque terminó, sonríe porque sucedió, escribió Dr. Seuss, y niños de todo el mundo aprendieron a decir adiós con esperanza.
La pluma es más poderosa que la espada, dicen? y no es solo ironía, es verdad.
Las palabras han guiado revoluciones para conseguir victorias, han reconciliado pueblos que estaban en guerra, ha servido como lucha para conseguir un futuro mejor y han salvado vidas. Pueden ser ese refugio que calma el dolor, la bandera de la libertad en la lucha por las injusticias y la opresión y la luz en los momentos en que todo se vuelve oscuro.
Las palabras advierten y condenan, abren o cierran heridas y consiguen que el mundo tenga sentido a pesar de no saber por qué estamos aquí.
Leer y escribir: un acto de poder
Hace siglos, aprender a leer y escribir era un verdadero privilegio. A pesar de que la alfabetización es bastante accesible para la mayoría del mundo, más de 770 millones de personas no saben ni leer ni escribir hoy. Pero todo está cambiando rápidamente. Iniciativas desde aldeas rurales hasta plataformas digitales están haciendo lo que parecía imposible antes: llevan letras a lugares donde nunca estuvieron.
Leer no es solo reconocer palabras. Es una oportunidad para abrir las posibilidades del mundo. Significa que todo está escrito y que tú también puedes hacerlo.
La literatura: el alma de los pueblos
Autores y autoras han dejado varias huellas en forma de libros. Gabriel García Márquez nos enseñó a creer en el realismo mágico. Virginia Woolf nos mostró la mente desde dentro. Shakespeare nos dio palabras al amor, la duda y la tragedia. Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges, Toni Morrison, Haruki Murakami, Isabel Allende? cada uno con una distinta voz, cada uno abriendo puertas a universos nuevos y enteros.
Un libro no solo es una conjunto de garabatos hechos con tinta en un trozo de papel y, sino que solo los libros pueden llegar a convertirse en mundos que pueden albergar otros mundos. Un libro no es solo tinta en un simple trozo de papel: es un mundo donde caben todos los mundos.
El futuro también se escribe
En Bangladesh, una madre pudo aprender a escribir su nombre a los 50 años por primera vez. En Argentina, un joven que creció sin libros ahora está enseñando literatura en zonas rurales. En Siria, un niño refugiado aprende a leer bajo una carpa, soñando con ser periodista algún día.
El futuro no está solo en la tecnología sino que está en las letras y también está en las historias. Está en los sueños que aprendemos a escribir. Porque aunque el mundo está cambiando, una cosa sigue siendo cierta: nada es más fuerte que una palabra que toca el alma.
Y por eso, hoy celebramos el verdadero milagro silencioso de la humanidad: las letras.


