Desigualdad en el mundo laboral

En las últimas décadas se han producido grandes cambios laborales y sociales entre los que destaca la masiva incorporación de las mujeres al mercado de trabajo.
16.02.2019 - Patricia y Rocío
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En las últimas décadas se han producido grandes cambios laborales y sociales entre los que destaca la masiva incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y la consiguiente feminización del colectivo asalariado. Pero esta feminización no es totalmente real ya que es inacabada e incompleta porque se ha producido bajo un fondo de desigualdad.
Los enormes avances en la formación de las mujeres y en su interés por participar en el mercado laboral podían hacer pensar en la desaparición de las tradicionales desigualdades laborales entre mujeres y hombres, pero no ha sido así. Es decir, la gran transformación de la oferta laboral femenina no equivale a una mejora del lugar que ocupan dentro del mercado laboral.
Es cierto que si se miran uno a uno los diferentes indicadores de la desigualdad, se observa que la situación ha evolucionado, aunque las diferencias siguen estando. Y estas desigualdades parecen hoy más injustas que ayer, precisamente por el enorme esfuerzo que han realizado las mujeres y también, aunque en una menor medida, por el esfuerzo de las Administraciones Públicas en materia de igualdad.
Según los datos de organismos públicos y empresas privadas, actualmente en España, las mujeres suponen el 45% del total de personas empleadas, sufren una tasa de paro superior al 18%, suman más del 70% de las jornadas parciales y tienen pensiones más bajas que los hombres. A pesar de tener más formación, ocupan pocos puestos directivos y cobran de media un 29% menos que los hombres.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) clasifica todas las ocupaciones en 10 grandes categorías. De ellas, las más significativas en el empleo femenino son, con diferencia:
- - Trabajadores de Servicios y Ventas, con un 29,4% del total. Incluye, entre otras, a camareras, peluqueras, dependientes, azafatas? Hablamos de unas 2,5 millones de mujeres.
- - Trabajadores en Técnicas y Profesionales científicas e intelectuales, con el 22% de todo el empleo femenino. En esta categoría se incluyen a ingenieras, médicas, odontólogas, abogadas, economistas, profesoras?
- - Las tareas elementales donde se agrupan, entre otras, a empleadas domésticas, limpiadoras, vigilantes? con algo más de 1,4 millones lo que se traduce en un 16,9% del total.
- Prácticamente 7 de cada 10 mujeres que trabajan lo hacen en una de las tres categorías ocupacionales descritas anteriormente.
- Para luchar contra la desigualdad laboral existente en las empresas entre hombres y mujeres, se pueden llevar a cabo planes de igualdad, es decir, un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y eliminar así la discriminación por razón de sexo.
Algunas posibles medidas a implantar podrían ser entre muchas las siguientes:
- Incorporar dentro de los principios y valores corporativos la igualdad de género. Hacer que este principio baje a cualquier documentación interna de la empresa, prohibiendo de manera explícita cualquier discriminación.
- Dar formación en igualdad de oportunidades y de género a toda la plantilla, desde la alta dirección, al departamento de recursos humanos, a responsables de área y también al resto de trabajadores y trabajadoras. Además de la formación pueden realizarse acciones de sensibilización generales al respecto.
- En el ámbito del reclutamiento y selección, contratar mujeres en ámbitos donde la presencia femenina esté subrepresentada o dar preferencia a la contratación de mujeres en igualdad de condiciones.
- Hacer accesibles las acciones formativas a las mujeres: motivándolas a que participen, desarrollándolas durante la jornada laboral y en horarios conciliadores, etc.
- Realizar planes de promoción profesional que garanticen la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. En esta línea, podemos pensar en acciones como: realizar una identificación específica de mujeres con potencial de promoción, fomentar que participen en formaciones ligadas a mejoras en la carrera, dar preferencia al ascenso de mujeres en igualdad de condiciones, identificar las barreras que impiden que las mujeres se presenten a procesos de promoción, etc.
- Establecer un programa de conciliación laboral y familiar consensuado con la plantilla y efectivo.
- Rediseñar el sistema de retribución desde la perspectiva de género. No hablamos sólo de salario sino también de horas extras, incentivos, etc.
- Establecer una política de comunicación no sexista, tanto en la comunicación interna como en la externa.
- Concretar protocolos de prevención y denuncia del acoso sexual por razón de género.
- Evaluar las medidas del plan de igualdad de manera participativa y sistemática.
- Así, aunque cada vez hay más conciencia social sobre la necesidad de equiparar a mujeres y hombres en el mercado laboral, sigue siendo necesario un plan de acción para atajar la todavía presente desigualdad laboral.