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REDACCIÓN: Cayetana Serrano, Carmen Carrillo, Jorge Fuentes, Rocío Pérez, Patricia Campos

Desigualdad en el mundo laboral

Desigualdad en el mundo laboral

En las últimas décadas se han producido grandes cambios laborales y sociales entre los que destaca la masiva incorporación de las mujeres al mercado de trabajo.

16.02.2019 - Patricia y Rocío

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En las últimas décadas se han producido grandes cambios laborales y sociales entre los que destaca la masiva incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y la consiguiente feminización del colectivo asalariado. Pero esta feminización no es totalmente real ya que es inacabada e incompleta porque se ha producido bajo un fondo de desigualdad.

Los enormes avances en la formación de las mujeres y en su interés por participar en el mercado laboral podían hacer pensar en la desaparición de las tradicionales desigualdades laborales entre mujeres y hombres, pero no ha sido así. Es decir, la gran transformación de la oferta laboral femenina no equivale a una mejora del lugar que ocupan dentro del mercado laboral.

Es cierto que si se miran uno a uno los diferentes indicadores de la desigualdad, se observa que la situación ha evolucionado, aunque las diferencias siguen estando. Y estas desigualdades parecen hoy más injustas que ayer, precisamente por el enorme esfuerzo que han realizado las mujeres y también, aunque en una menor medida, por el esfuerzo de las Administraciones Públicas en materia de igualdad.

Según los datos de organismos públicos y empresas privadas, actualmente en España, las mujeres suponen el 45% del total de personas empleadas, sufren una tasa de paro superior al 18%, suman más del 70% de las jornadas parciales y tienen pensiones más bajas que los hombres. A pesar de tener más formación, ocupan pocos puestos directivos y cobran de media un 29% menos que los hombres.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) clasifica todas las ocupaciones en 10 grandes categorías. De ellas, las más significativas en el empleo femenino son, con diferencia:

  • - Trabajadores de Servicios y Ventas, con un 29,4% del total. Incluye, entre otras, a camareras, peluqueras, dependientes, azafatas? Hablamos de unas 2,5 millones de mujeres.
  • - Trabajadores en Técnicas y Profesionales científicas e intelectuales, con el 22% de todo el empleo femenino. En esta categoría se incluyen a ingenieras, médicas, odontólogas, abogadas, economistas, profesoras?
  • - Las tareas elementales donde se agrupan, entre otras, a empleadas domésticas, limpiadoras, vigilantes? con algo más de 1,4 millones lo que se traduce en un 16,9% del total. 
  • Prácticamente 7 de cada 10 mujeres que trabajan lo hacen en una de las tres categorías ocupacionales descritas anteriormente.
  • Para luchar contra la desigualdad laboral existente en las empresas entre hombres y mujeres, se pueden llevar a cabo planes de igualdad, es decir, un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y eliminar así la discriminación por razón de sexo.

Algunas posibles medidas a implantar podrían ser entre muchas las siguientes:

  1. Incorporar dentro de los principios y valores corporativos la igualdad de género. Hacer que este principio baje a cualquier documentación interna de la empresa, prohibiendo de manera explícita cualquier discriminación.
  2. Dar formación en igualdad de oportunidades y de género a toda la plantilla, desde la alta dirección, al departamento de recursos humanos, a responsables de área y también al resto de trabajadores y trabajadoras. Además de la formación pueden realizarse acciones de sensibilización generales al respecto.
  3. En el ámbito del reclutamiento y selección, contratar mujeres en ámbitos donde la presencia femenina esté subrepresentada o dar preferencia a la contratación de mujeres en igualdad de              condiciones.
  4. Hacer accesibles las acciones formativas a las mujeres: motivándolas a que participen, desarrollándolas durante la jornada laboral y en horarios conciliadores, etc.
  5. Realizar planes de promoción profesional que garanticen la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. En esta línea, podemos pensar en acciones como: realizar una identificación específica de mujeres con potencial de promoción, fomentar que participen en formaciones ligadas a mejoras en la carrera, dar preferencia al ascenso de mujeres en igualdad de condiciones, identificar las barreras que impiden que las mujeres se presenten a procesos de promoción, etc.
  6. Establecer un programa de conciliación laboral y familiar consensuado con la plantilla y efectivo.
  7. Rediseñar el sistema de retribución desde la perspectiva de género. No hablamos sólo de salario sino también de horas extras, incentivos, etc.
  8. Establecer una política de comunicación no sexista, tanto en la comunicación interna como en la externa.
  9. Concretar protocolos de prevención y denuncia del acoso sexual por razón de género.
  10. Evaluar las medidas del plan de igualdad de manera participativa y sistemática.
  • Así, aunque cada vez hay más conciencia social sobre la necesidad de equiparar a mujeres y hombres en el mercado laboral, sigue siendo necesario un plan de acción para atajar la todavía presente desigualdad laboral.

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