NUESTRAS CREACIONES

Anécdotas que contar
15.02.2019 - Alejandra Fernández
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7 comentarios
"NUESTRAS CREACIONES" es una sección de creación literaria fomada por los miembros del periodico OPE TYME, en la que escribiremos nuestras propias obras: Ubi Sunt?, moralejas, anécdotas y mucho más.
Sin más preámbulos, comenzaré con mi anécdota... Todo comenzó cuando me encontraba de viaje en Moscú y, cómo no, no tenía ni idea de hablar ruso. En uno de los múltiples puntazos que me dan, decidí ir al servicio y mirarme en el espejo para ver si me veía guapa o no, tampoco es que sea uno de los ángeles de Victoria´s Secret. Cuando llegué a la puerta del baño, vi que había que pagar para entrar. Un ligero pensamiento se paseó por mi mente, y estuve tentada de saltar aquella valla, pero me dije a mí misma: Venga Alejandra, tienes que solucionar las cosas de la mejor manera, sé legal. Aunque cierta parte de mí tuviera esa pequeña picazón... ¿Me estás diciendo que tengo que pagar por hacer mis necesidades? Pero claro, ¿quién era yo para organizar una huelga en un baño en el que no entra nadie? Así que dejé a un lado esos pensamientos y pagué entrando finalmente a aquel dichoso baño.
En uno de esos momentos en los que me estoy mirando en el espejo, decidí ir a hacer mis necesidades. Y tengo que admitir que nunca había visto tantos botones en un baño, ¡Ni la NASA! Claro, cuando fui a tirar de la cadena fui totalmente incapaz de saber cuál era el botón exacto. Así que decidí poner en marcha mis dotes de deducción, pensé y me dije: Vamos a ver, aquí hay un mogollón de botoncitos en un idioma que no entiendo y como yo, hay gente que tampoco entenderá nada y como hay un botón grande rojo que pone en inglés PUSH, supongo que será algo importante, ya que al ser tan llamativo puede dar a entender que es el botón correcto.
Creo que a lo largo de mi carrera como persona no había tenido nunca una idea tan horrible.
Empezó a sonar una fuerte y escandalosa alarma, e inmediatamente pensé: Ay madre, la he liado. Como ya no tenía nada que perder empecé a tocar todos los botoncillos en busca de acabar con ese interminable pitido que hacía que mis tímpanos se entumecieran, pero para mi mala suerte, empezó a salir agua, aire... Vamos, de todo menos el agua de la cadena.
Todas las chicas que estaban en el baño salieron disparadas, gritando despavoridas en ese idioma que no podía entender, pero yo no iba a ser menos así que salí tras ellas para encontrarme de frente a todos y cada uno de los policías que rodeaban el lugar. ¿Qué era lo que había hecho exactamente? ¿A qué venía tanto jaleo por un simple botoncito? Miles de preguntas rondaron por mi cabeza, confundida, sin tener ni la más remota idea de nada.
Al cabo de 30 minutos me enteré de que había apretado la alarma antivioladores.
comentarios
Ana | 18-02-2019 15:24
Todos los días se aprende algo!
Diego Ibáñez | 18-02-2019 11:19
Vayaaaa que risas
Amelia | 18-02-2019 09:38
Me gusta!
Aitana | 18-02-2019 01:08
JAJAJJAJAJAJAJAJA dios no me puedo parar de reír ESA ALEJANDRAAAA Pd: ángel de Victoria secret.. ejem ejem <3
Pj | 17-02-2019 23:29
Puntazos... jajaja muy bueno
Alejandro | 17-02-2019 14:51
???????
maria | 17-02-2019 12:15
buena anecdota