Marina López García
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Las grandes empresas realizan fotografías que se encuentran, en algunos casos, a años luz de la realidad del producto con la que nos topamos al comprarlo. Pero ya es demasiado tarde, y, una vez más, hemos sido víctimas de la publicidad engañosa que presume de sus productos altamente retocados, ya sea con programas informáticos, o con materiales no comestibles, incluso en los anuncios de alimentos.