Esfuerzo y motivación van cogidos de la mano para conseguir una mejor educación
Excursiones, uso de recursos y aplicación de las nuevas tecnologías hacen más atractivo el aprendizaje
13.04.2018 - La Era de los Cuatro
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Unos de los grandes retos para la enseñanza es la mejora del esfuerzo de los estudiantes en su aprendizaje. Muchas veces me he preguntado cómo alumnos y profesores tratan de lograr esa mejoría educativa, donde esfuerzo y motivación van cogidos de la mano.
Por un lado, los pupilos buscan clases más atractivas que logren que la asignatura capte su atención. Una clase con un ambiente positivo, en la que alumnos y profesores disfrutan de la lección, motiva a los primeros a esforzarse aún más.
Una manera de fomentar el atractivo de las clases, es mediante excursiones. Oí que una de las excursiones que suele hacer el Bachillerato de Ciencia, consiste en asistir a una empresa de detergentes (actividad relacionada con la asignatura de Química); otro caso, es el del Bachillerato de Humanidades, cuyos alumnos asisten a obras de teatro o concursos como CICERON u Olimpiadas de Lenguas Clásicas. Este tipo de actividades nos ayudan a salir del entorno habitual, cumpliendo la misma función: dar materia. Pero no sólo concierne a las asignaturas, puesto que pueden ser excursiones de convivencia, que por lo general, refuerzan los vínculos sociales entre los miembros de un grupo, o incluso externos a ese grupo.
Otra forma de motivar al alumnado es el uso de diversos recursos. Por ejemplo, en Historia, podrían rescatarse antiguos apuntes de familiares y así, sacar algún tipo de relación con el tema que se está estudiando. También valdrían clases al exterior, en caso de tener que realizar una investigación, o la toma de muestras para luego observarlas en el microscopio.
Aunque no lo creamos, este tipo de iniciativas son muy motivadoras para nuestra generación y posteriores. También tenemos que tener en cuenta lo mucho que influye el número de alumnos que integran una clase. No es lo mismo una aula con treinta y pico estudiantes, que una de apenas veinte. He podido observar como en esas clases numerosas, se dificulta el aprendizaje, donde se suelen escuchar con frecuencia todas esas advertencias de guardar silencio; mientras que en aquellas de menor numeración, tienen una mejor comodidad para impartir la lección.
Por otro lado, encontramos ciertos profesores que siguen la enseñanza del temario reglado a rajatabla, en lugar de optar por otro tipo de contenidos que pueden resultar más de nuestro interés.
Pensemos en que, además, nos encontramos en la llamada "era digital", donde disponemos de todo tipo de aparatos tecnológicos, a los que en educación no se les saca todo el partido posible. Creo que es hora de hacerlo, dado que una renovación, nunca viene mal.