LA VERA CRUZ DE CARAVACA

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A su alrededor gira el año jubilar

Por Sara Sánchez Moreno

La famosa Cruz de Caravaca, como su propio nombre indica se encuentra en Caravaca de la Cruz (Región de Murcia) en el Santuario de la Vera Cruz de este pueblo. Esta cruz desde antiguamente se conoce como La Vera Cruz de Caravaca por ser la Verdadera Cruz.

Dicha cruz se mantiene en un relicario en forma de cruz con un doble brazo de forma horizontal (el de arriba de 7 cm y el de la parte inferior de 10 cm) y uno vertical que mide 17 cm.

 SU HISTORIA SEGÚN LA LEYENDA

Según se cuenta en la leyenda, entre 1230 y 1231 se encontraba el rey almohade de Valencia y Murcia en Caravaca, donde tenía sus posesiones. A los cristianos que se encontraban presos les preguntó qué oficios eran los que ellos ejercían para poder conseguirles un trabajo que les pudiera venir bien.  Entre esos presos se encontraba un misionero, Ginés Pérez Chirinos, quien le dijo que predicaba el Evangelio y hacía misas. Este rey quiso saber más cosas del oficio que él ejercía. El 3 de mayo de 1232, comenzó la Liturgia pero se dio cuenta de que no se podía continuar porque allí faltaba un crucifijo. Fue justo en ese momento cuando dos ángeles (que aparecen en la cruz) descendían del cielo con la cruz en las manos. Al contemplar ese acontecimiento el rey se convirtió al cristianismo. Más tarde, se comprobó que esa cruz tenía una madera procedente de la Cruz donde Jesucristo murió, un ?Lignum Crucis?. Los documentos donde se recogía este milagro desaparecieron pero Fray Gil de Zamora, cronista de San Fernando, cuando visitó la villa de Caravaca con éste, se encontró con testigos que vieron este acontecimiento. Éstos, le narraron con exactitud y con gran admiración este suceso.

EL ROBO DE LA CRUZ

En la noche que va desde el 12 al 13 de febrero de 1934 hubo un robo de esta cruz con motivo político y religioso que no dejó indiferente a nadie y que durante muchísimo tiempo afectó a todos los habitantes de Caravaca. Ese 13 de febrero era Miércoles de Ceniza. A las 9 de la mañana se encontraron el sagrario donde se guardaba la Cruz abierto y vacío aunque, mejor dicho, sólo estaba el estuche donde se guardaba dicha reliquia. Fue en ese momento cuando se corrió la voz de tan desagradable suceso.

EL LIGNUM CRUCIS

Los habitantes de Caravaca deseaban con gran esperanza conseguir una nueva reliquia. Tras muchas gestiones, el Papa Pío XII le concedió a Caravaca dos astillas del ?Lignum Crucis? que Santa Elena trajo desde Jerusalén hasta Roma. Esta reliquia permaneció durante 3 años en la Parroquia del Salvador. El 5 mayo de 1945 se subió a su templo.